La abominación desoladora

La abominación desoladora
Por: Rafael Monroy
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uchos creen que la Abominación Desoladora será un ídolo instalado en el recién construido tercer templo de Jerusalén, el cual se supone será levantado por el pueblo judío, quienes volverán a las antiguas prácticas de sacrificios de animales. Otros dicen que la abominación desoladora es la aparición del “anticristo”, y algunos eruditos ven la «abominación desoladora» como un evento histórico que ya ocurrió y que está relacionado con la profanación del templo por Antíoco IV Epífanes en el año 167 antes de Cristo. En esta profanación, él sacrificó un cerdo en el altar del templo judío y estableció un altar a Zeus. Otros la asocian con la destrucción del templo en el año 70 d.C., cuando las tropas romanas, bajo el mando del general Tito, sitiaron Jerusalén. Tras meses de asedio, los romanos tomaron la ciudad y destruyeron el Segundo Templo, cumpliendo la profecía de Jesús cuando dijo que no quedaría piedra sobre piedra. Mateo 24:2.

Jesucristo dijo que la abominación desoladora se presentará en el tiempo del fin. Esto debería ser suficiente para descartar eventos en el pasado, puesto que dicha abominación aparecerá justo antes de su regreso. Él dijo que regresaría inmediatamente después de la gran tribulación, como se menciona en Mateo 24:29-31. “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Lógicamente, la profanación de Antíoco IV Epífanes, ni los eventos del 70 después de Cristo, pueden considerarse como la abominación desoladora. Tampoco la persecución posterior debe considerarse como la Gran Tribulación que menciona Jesús en Mateo 24, puesto que esta solo afectó a Israel, pero no al resto del mundo. Por lo cual, podemos descartar que cualquiera de esos eventos en el pasado sean la abominación desoladora.

Por otro lado, cuando dice “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días”, está haciendo referencia a eventos cercanos uno del otro. De modo que, cuando decimos que algo sucede inmediatamente después de otra cosa, significa que el segundo evento ocurre justo tras el primero, sin una pausa significativa o un intervalo de tiempo considerable entre ambos. Hay continuidad directa entre los dos eventos. Por ejemplo, si una persona dice: «El semáforo cambió a verde e inmediatamente después los autos comenzaron a moverse», implica que el movimiento de los autos ocurrió tan pronto como la luz del semáforo cambió a verde, sin ninguna demora perceptible.

Es muy importante tener en cuenta el significado de cada palabra para comprender a cabalidad el significado de la frase que Jesús mencionó en Mateo 24. Cuando él dice que “E inmediatamente después de la Gran Tribulación” aparecerán señales en el cielo, y después aparecerá él con gran poder y gloria, está hablando de eventos consecutivos. No hay un tiempo considerable desde el comienzo hasta el fin de estos; pueden ser semanas o años. Lo importante es que vienen uno tras otro.

Jesús mencionó cuatro eventos que tendrán lugar en el tiempo del fin:

Primero: La aparición de la Abominación Desoladora.

Segundo: El inicio de la Gran Tribulación.

Tercero: Comienzo de las señales en el cielo.

Cuarto: Después de las señales en el cielo, el retorno Glorioso de Jesucristo.

El primer evento, la aparición de la abominación desoladora, sea cual sea esta, servirá como detonante para el resto de los eventos que sucederán en el futuro. “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” Mateo 24:15-21.

Esta abominación será el desencadenante de una tremenda aflicción EN EL MUNDO, y como dijimos antes, no necesariamente es un ídolo de yeso o de madera, sino que puede ser algo más sutil que querrá ocupar el lugar que solo le pertenece al Señor Jesucristo. Pero… ¿qué puede ser tan aborrecible y despreciable que cause el inicio de la gran tribulación?

Pablo nos da una panorámica de los eventos y personajes que precederán al retorno de Jesucristo a la tierra, por lo cual podemos decir que son simultáneos o son los mismos eventos que mencionó Jesús en Mateo 24. En primer lugar, Pablo nos advierte de no ser sorprendidos por falsos maestros que aseguran que el Señor vendrá en lo oculto a secuestrar a su pueblo. Él dice que antes del retorno de Jesús, también vendrá otro evento: La Apostasía, y junto con ella, la aparición del “hombre de pecado”.

“Que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto, tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” 2 Tesalonicenses 2:2-4.

Este es el único versículo donde Pablo hace mención del personaje que conocemos como el Anticristo. De hecho, solamente Juan menciona al anticristo en forma explícita, tal como aparece en los siguientes versículos: 1 Juan 2:18, 1 Juan 2:22, 1 Juan 4:3 y 2 Juan 1:7. Juan menciona que ya había muchos anticristos en su tiempo, pero señala a un Anticristo en particular, el cual es descrito en el Nuevo Testamento como una figura o concepto que se opone a Cristo y a su mensaje. Juan se refiere tanto a una persona futura como a un espíritu o fuerza que ya opera en el mundo, el cual niega a Jesús como el Mesías, no con palabras, sino con sus hechos. El anticristo representa la mentira, el engaño y la oposición a Dios. Viene disfrazado de bondad y espiritualidad, aparenta ser un hombre de Dios, pero en su interior es un hombre que representa a Satanás.

De modo que, cuando Pablo se refiere al hijo de pecado, está haciendo alusión directa a la bestia que sale de la tierra que encontramos en Apocalipsis 13:11-12. Pablo no tenía todos los detalles relacionados con estos dos personajes o bestias, por lo cual podemos asumir que se estaba refiriendo al falso profeta, que en todo caso es un Anticristo, puesto que se opone a Cristo en forma directa. Si esto te genera alguna confusión, te pido que escuches nuestro estudio titulado: El Anticristo y el falso Profeta.

Asumiremos que Pablo se estaba refiriendo al falso profeta cuando mencionó al hijo del pecado o hijo de perdición. El apóstol Pablo menciona que este sujeto vendrá juntamente con la Apostasía. Este hombre tratará de aparentar ser un enviado de Dios; él conseguirá engañar a muchos cristianos, al grado de que se someterán a él con el cuento de que es su autoridad superior. Esto no es extraño, puesto que muchos pastores en la actualidad son vistos por sus congregaciones como “los ungidos de Jehová,” a quienes deben obedecer ciegamente.

Muchos de estos falsos profetas incluso no permiten que los toquen, porque según ellos, “perderán la unción”. Otros piden un trato especial, como si ellos estuvieran más cerca de Dios que los demás. Otros quieren que se les llame padres y creen que este antibíblico ministerio de padres es superior a cualquier otro ministerio como el apostolado o pastorado.

Pero el hombre de pecado del que habla Pablo es un lobo con piel de oveja muy diferente a los demás, puesto que tendrá poder para sanar enfermos, echar fuera demonios y hacer muchos milagros, los cuales le servirán para engañar a muchísimas personas. Pablo además menciona que este personaje vendrá alrededor de, y como resultado de, la Apostasía que reinará en ese momento. En otras palabras, junto a la Apostasía aparecerá la figura del “Hombre de Pecado”.

Vamos paso a paso… en primer lugar. ¿Qué es Apostasía?

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, “Apostasía” significa: “Abandonar un partido para entrar en otro, o cambiar de opinión o doctrina”. Y precisamente, esta definición nos interesa, puesto que en la actualidad muchos cristianos han cambiado la verdadera doctrina enseñada por Jesús y sus apóstoles, y se han vuelto a fábulas fantasiosas, cuyo origen está en la imaginación de predicadores cristianos, no en la palabra de Dios.

La apostasía, en otras palabras, es la deformación de la verdadera enseñanza de Jesús, tal como vemos en la actualidad. Muchos falsos maestros enseñan todo tipo de doctrinas, desde las más obvias, locas y absurdas enseñanzas, hasta las más sutiles y perversas que engañan a millones de creyentes en todo el mundo. Adolfo Hitler dijo que: “cuanto más grande la mentira, más serán los que la creerán,” y de hecho, son millones los que creen evangelios diferentes al evangelio del reino. Estas mentiras gigantescas son perjudiciales para el pueblo de Dios, puesto que los alejan de la verdad y de la salvación casi de manera imperceptible. El engaño es la forma de convencer sutilmente a alguien para que crean una mentira. Los estafadores han perfeccionado este arte, valiéndose de palabras sutiles y obras mentirosas con las cuales seducen a sus víctimas para sacar algún provecho, sea económico o de cualquier índole.

En el ámbito espiritual ocurre lo mismo. Miles de personas caen en el engaño de estos falsos profetas y maestros, ya sea por las obras o las palabras que utilizan con el fin de sacarles dinero, honra, sumisión, o simplemente sentirse poderosos delante de ellos. Jesús dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” Mateo 7:21-23.

Aparentemente, una persona que sana enfermos, echa fuera demonios y profetiza es un hombre de Dios. ¿Quién puede dudar de alguien que hace un milagro? Muchos pueden creer que, si lo hace, es porque Dios está con él. ¿Qué cree usted? Esto pone en evidencia una verdad muy dura, y es que aún hombres ungidos con el Espíritu Santo pueden estar actuando en desobediencia a Dios, tal como Judas lo hizo en su tiempo. Judas echaba fuera demonios, sanaba a enfermos y predicaba la palabra de Dios. Lucas 9:1-2 dice: «Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos».

De manera que “el hombre de pecado” al que se refiere Pablo será en apariencia un hombre de Dios, que hará muchos milagros y prodigios que apoyarán sus perversos propósitos. El hombre de pecado es un hombre, no una especie o categoría de hombres, como algunos eruditos creen. Ellos toman como referencia 1 Juan 2:18: «Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo». Si tomamos literalmente lo que Juan dice, es claro que alguien que se opone a Cristo, por definición, es un Anticristo. Sin embargo, Pablo es más específico y dice: “y entonces será manifestado aquel inicuo al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y el resplandor de su venida; Aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia y señales, y milagros mentirosos” 2 Tesalonicenses 2:8-9.

Este hombre trastornará al mundo entero, pero no precisamente por ser opresivo, sino por ser un mentiroso y un engañador. Si usted prefiere, podemos llamarlo un estafador de cuello blanco. Él engañará a muchas personas, especialmente a los cristianos, porque su enfoque estará en el pueblo de Dios y no en los inconversos. Él tendrá poder para echar fuera demonios, y nadie puede hacer esto si no proviene de Dios.

“Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Belcebú, príncipe de los demonios. Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo pues, permanecerá su reino? Y si yo echo fuera los demonios por Belcebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces” Mateo 12:24-27.

Sanar enfermos y hacer milagros no es una garantía.

Jesús amonestó a los fariseos diciendo que Satanás no puede reprenderse a sí mismo, sino que Dios es el único que puede hacerlo. De manera que, cuando Jesús regrese, reprobará a muchos que dicen ser “siervos” de Dios, pero no hacen su voluntad. Ellos creyeron que tener la unción del Espíritu Santo y poseer el poder para sanar enfermos, predicar y echar fuera demonios automáticamente los certifica como Hijos de Dios. Ellos mencionan que el falso profeta será el Papa y que la apostasía es precisamente la aparición de este papa diferente a los que le precedieron; sin embargo, apostatar, como dijimos antes, es apartarse de la verdadera doctrina.

Esto presenta un problema para los que creen que la apostasía vendrá de la iglesia católica, puesto que apartarse de la verdadera enseñanza requiere haberla conocido primero, y la religión católica nunca ha conocido la verdadera doctrina de Cristo. Ellos conocen muchos ritos, mayormente paganos, pero en ninguna manera conocen la verdad del evangelio. De modo que la apostasía no vendrá de afuera, sino de adentro de la verdadera Iglesia de Cristo, es decir, de aquellos que han sido ungidos por el Espíritu Santo y que tienen el poder para hacer sanidades y echar fuera demonios.

El prototipo del anticristo, o falso profeta, lo podemos apreciar en pequeña escala en los profetas de espectáculo que aparecen por televisión. Ellos hacen gala de sanar enfermos, o por lo menos, pretenden sanarlos. Ellos soplan sobre el público para que caiga de espaldas, pero la prueba más evidente de su falsedad es la arrogancia con la que se presentan ante las cámaras; peor aún deben ser sus acciones en lo privado. Sería muy larga la lista de personajes que han sido involucrados en actos fraudulentos, relaciones ilícitas y escándalos públicos, de modo que “para muestra un botón”.

Ahora que hemos visto el escenario en el cual surgirá el Hijo de pecado, podemos mencionar que las mentiras que este personaje promoverá son más sutiles que las usadas por estos falsos profetas. Este hombre engañará a miles o millones de personas, incluidos los cristianos, porque a fin de cuentas estos serán su objetivo. Él surgirá como el paladín de los cristianos; en ninguna manera se mostrará como un monstruo.

La Apostasía es una ideología que se ha venido gestando en el pueblo de Dios por muchos años. Poco a poco se han ido introduciendo herejías en forma de doctrinas bíblicas. Ellos toman un versículo de la Biblia y lo mezclan con experiencias personales o con anécdotas de cómo hablan con ángeles, cómo subieron al tercer cielo y cómo hablaron cara a cara con Dios. Todo con tal de convencer a la gente de que ahora el evangelio es diferente. Alegan que no se puede adaptar a nuestra cultura y costumbres; tratan a los apóstoles de ignorantes y primitivos. Al final de los días, todo esto culminará con la aparición de un hombre sumamente poderoso en la palabra y con el poder para hacer milagros y prodigios, cual nunca se hicieron por otro hombre.

Ahora bien, Pablo menciona que este hombre tratará de usurpar el lugar de Dios, haciéndose pasar por Dios: “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto, tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” 2 Tesalonicenses 2:4. Pablo sabía perfectamente que Dios ya no habita en templos hechos de piedra; él mismo lo enseñó en 1 Corintios 3:16-17: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”. Entonces, ¿cómo dice que el falso profeta, o hijo de perdición, se sentará en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios, si el templo de Dios somos nosotros? ¿Acaso Pablo creía que el anticristo se sentaría en el templo de Dios en Jerusalén? En ninguna manera. En todo caso, ¿cómo puede alguien hacerse pasar por Dios? ¿Puede usted explicar eso?

La abominación desoladora profanará el Santuario.

Ahora que hemos visto con mayor detalle tanto los eventos como los personajes en el tiempo del fin, podemos unirlos para entender a qué se refiere la profecía de Daniel, que dice: “se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora” Daniel 11:31. Aquí el profeta dice que las tropas (¡no dice qué tipo de tropas!) entrarán al santuario, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán en su lugar la “Abominación Desoladora”.

Según muchos eruditos, la referencia al «continuo sacrificio» se relaciona con la interrupción de los sacrificios diarios en el templo de Jerusalén por parte de Antíoco IV Epífanes, cuando suspendió los sacrificios y erigió un altar pagano, lo que algunos creen que es la “abominación desoladora”.

Otros creen que se refiere a los sacrificios de animales que se reanudarán en el recién construido tercer templo de Jerusalén. En esta línea de interpretación, especialmente entre eruditos de la tradición dispensacionalista, se enfatiza que el regreso a un sistema de sacrificios en el tercer templo será una señal del cumplimiento de las profecías de los últimos tiempos. Según esta visión, Israel y su sistema de culto serán restaurados y servirán como un escenario clave para el retorno de Jesucristo a la tierra.

Creer que Dios permitirá que su pueblo ofrezca sacrificios de animales es la peor tontería que he escuchado por mucho tiempo y una herejía tan grave que es difícil de comprender. No es posible que eruditos bíblicos piensen que Dios tiene un plan paralelo con Israel y que a ellos sí les permita ofrecer sacrificios de sangre, pero a los cristianos les es suficiente la sangre que Cristo derramó en la cruz del Calvario. ¿En qué cabeza cabe tal herejía? Creo que podemos darle las gracias al fundador del dispensacionalismo, John Nelson Darby, un teólogo y líder del movimiento de los Hermanos de Plymouth, en el siglo XIX. Darby fue una figura clave en el desarrollo de la doctrina del dispensacionalismo entre los cristianos. Esta corriente teológica divide la historia bíblica en diferentes períodos o “dispensaciones”, en los que Dios interactúa de manera distinta con la humanidad.

Darby comenzó a formular sus ideas en la década de 1830, y su enfoque dispensacional se popularizó a través de sus escritos y enseñanzas. Más tarde, esas ideas influyeron fuertemente en el teólogo C. I. Scofield, quien en 1909 publicó la famosa Biblia de Referencia Scofield, que incluía notas explicativas basadas en el dispensacionalismo. Esto ayudó a que esta perspectiva teológica se difundiera ampliamente en los círculos evangélicos y fundamentalistas, especialmente en Estados Unidos. Según esta interpretación, Israel y la Iglesia tienen diferentes roles y destinos distintos en el plan de Dios. Sin embargo, la teoría de un hombre, aunque haya sido considerado espiritual en su época, no puede suplantar la palabra de Dios. Los cristianos no debemos tomar el dispensacionalismo como palabra de Dios, mucho menos como una verdad absoluta.

El continuo sacrificio es Jesucristo.

El continuo sacrificio no es ni serán los sacrificios de animales, porque estos fueron abolidos hace dos mil años. Y algo que se interrumpe por tanto tiempo no es continuo. Los sacrificios de animales terminaron cuando Jesús se ofreció en sacrificio agradable delante de Dios. Desde entonces, no hay necesidad de ofrecer sacrificios por nuestros pecados, porque él es el único sacrificio que de manera ininterrumpida es presentado delante de Dios para perdón de los pecados del hombre. No existe otro sacrificio o sangre derramada que pueda salvar al hombre; si alguien quiere ser salvo, el único medio es Jesús. No hay otro camino.

“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” Hebreos 9:23-28.

Muchos maestros bíblicos enseñan que “el continuo sacrificio” son los sacrificios de animales que se supone se volverán a instalar en el “supuesto” templo de Jerusalén. Pero en esta suposición existe un problema, puesto que la palabra continuo significa que no tiene interrupción o que dura; obra que se hace o se extiende sin interrupción. Y definitivamente, los sacrificios de animales no solo fueron interrumpidos hace dos mil años, sino que fueron abolidos con el sacrificio perfecto del cordero de Dios.

Por cierto, si quieres conocer un poco más sobre este tema, te invito a escuchar nuestro estudio titulado: ¿Se construirá un tercer templo en Jerusalén?

Jesucristo es el único y suficiente sacrificio.

El libro de los hebreos confirma esto diciendo: “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” Hebreos 10:12. En este versículo de la versión Reina-Valera 1960, la palabra usada para siempre, en el griego original es Dienekés, que propiamente traducido es continuamente, no para siempre. Además, la frase habiendo ofrecido, en griego es Prosenéngkas, que se puede traducir como después de haber traído o después de haber ofrecido. Por lo tanto, este versículo propiamente traducido debe leerse así: “Pero éste, después de haber ofrecido su continuo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios”.

En esencia, lo que este versículo dice es que Jesús es nuestro continuo sacrificio. Daniel dice que el continuo sacrificio será quitado del templo por un ejército, y pondrán en su lugar la abominación desoladora. ¡Pero no existe forma alguna de que Cristo sea quitado de su lugar en los cielos! Cristo tampoco puede ser quitado de algún templo hecho de piedras, aunque lo construyeran, porque él no habita o habitará en ellos. Pero sí puede ser quitado de nuestros corazones, o sea, de nuestro templo.

De manera que muchos hombres impíos, o lo que es lo mismo, “la abominación desoladora”, entrarán a la “Jerusalén Espiritual” para profanarla, es decir, usarán indignamente el lugar Santo Lucas 21:20-22. Ellos usarán el templo de Dios, que es nuestro cuerpo, y establecerán en él algo sumamente despreciable para Dios, como una doctrina extraña, la cual la gente creerá que proviene del mismo trono de Dios.

Jerusalén es la Iglesia del Señor.

Recordemos que “Jerusalén” también es la “Iglesia del Señor”, tal como lo expresa Pablo en Gálatas 4:23-27: “Pero el de la esclava nació según la carne; más el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido”.

Y precisamente esta comparación es la que debemos considerar, puesto que “Jerusalén Espiritual”, o la Jerusalén de Arriba, será atacada y despojada por medio de “Ideas o doctrinas” que prácticamente asolarán o destruirán lo que Jesús y sus discípulos construyeron. Esta abominación vendrá a tratar de destruir a los verdaderos cristianos, engañándolos para que se pierdan y no sean salvos.

Esta destrucción o desolación tendrá su máxima expresión por medio de este nefasto personaje con apariencia de bondad, el cual tendrá alguna, sino la total, dirección de las autoridades “cristiano-evangélicas mundiales”. Esto lógicamente es diferente al concepto que muchos cristianos tienen del Anticristo, puesto que las películas y los libros que se han escrito al respecto muestran a dicho personaje como un ser déspota y malvado que hace a las personas adorar a la imagen de la bestia, obligándolos so pena de morir degollados.

El falso profeta engañará y convencerá, no obligará a nadie.

Este personaje actuará como los “padrinos” de la mafia, ayudando a la gente, ofreciendo regalos, abrazos y sonrisas. Este personaje no obligará a nadie a seguirle, sino que los convencerá por medio de sus milagros y sus palabras lisonjeras para después exigir total obediencia y sumisión. ¿Le suena familiar? ¿No es así como funcionan los falsos profetas y apóstoles?

Este malvado personaje liderará la mayor persecución de cristianos jamás vista en la historia de la humanidad. Al igual que los fariseos en su tiempo, este hombre defenderá “la doctrina de enriquecerse” y de acumular la mayor cantidad de bienes materiales posible, argumentando que este es el propósito de Dios para el ser humano. “Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora” Gálatas 4:28-29.

En el tiempo de Jesús, los fariseos perseguían a los discípulos porque ellos enseñaban a los nuevos creyentes a dejar todo por seguir a Cristo. Esto no era en ninguna manera una simple expresión, sino que era algo que hicieron literalmente. “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” Hechos 2:44-46.

Los fariseos, por su parte, procuraban enriquecerse y obtener privilegios dentro de la sociedad judía; ellos eran avaros, o sea, les gustaba el dinero, y por esa razón, les parecían absurdas las enseñanzas de Jesús, tal como les dijo: “No podéis servir a Dios y a las riquezas. Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él. Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; más Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación” Lucas 16:13-15.

De manera que para Dios, “Abominación” es incluso la forma de pensar de una persona o de un grupo de personas, tal como Jesús les dijo a los fariseos. En esta época, quizás algunos también se burlen de esta enseñanza, porque creen que Dios quiere que seamos prosperados en todo, especialmente en lo económico, y aún no comprenden que han sido engañados. Por ejemplo, utilizan el siguiente versículo: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10.

Este versículo ha sido ampliamente tergiversado, con el cual han levantado una doctrina contraria a la enseñada por Jesús. Ellos dicen que la “vida abundante” es tener dinero, salud, vivir sin problemas y que todo lo que emprendan les salga bien, pero eso no es lo que Jesús dijo. Por ejemplo, si Jesús le dijera a usted: “yo he venido para que tengas comida, y la tengas en abundancia”, ¿qué le dice?… ¿Viene a su mente que Jesús le está ofreciendo dinero para comprar alimentos?… O si le dice: “he venido para que tengas salud, y la tengas en abundancia”, ¿también significa que le está ofreciendo dinero para que pague un seguro de salud? O, ¿qué tal si le dijera: “he venido para que tengas paz, y que la tengas en abundancia”?… ¿también está pensando en dinero? ¡¡¡De ninguna manera!!!

Cuando Jesús dice: “… he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”, está diciendo: he venido para que tengan muchísima vida, o sea, “que he venido para que tengan vida eterna”. La vida eterna es el máximo galardón al que cualquier ser humano pudiera aspirar. La falsa enseñanza de la prosperidad tratará de imponerse contra el verdadero evangelio del reino de Dios, lo cual traerá como consecuencia la persecución de los verdaderos hijos de Dios. Por cierto, si quieres saber con más detalles cómo inició la persecución, te invito a que escuches nuestro estudio titulado: La Persecución de los Cristianos.

Jesucristo enseñó a sus discípulos que la forma de obtener su Reino es despojándose de las riquezas, y esto no necesariamente implica tener muchas propiedades, puesto que los discípulos se despojaron de todo lo que tenían. Aunque eran pobres, al igual que los demás creyentes del siglo I, todos vendieron sus casas y sus propiedades. Ellos hicieron exactamente lo que Jesús les ordenó, pero a la vista del cristiano moderno, esto es un error. Tenga en cuenta que ellos estuvieron con Jesús por tres años y medio, compartiendo y aprendiendo de él todos los días. Recuerde que el Nuevo Testamento no había sido escrito aún, de modo que no pudieron malinterpretarlo, como se hace en la actualidad. Ellos escucharon de la boca del Hijo de Dios las instrucciones de lo que debían hacer; ellos no dudaron, dejaron todo y lo siguieron.

En algún momento en un futuro próximo, la Iglesia volverá a ser como al principio. Creo muy sinceramente que la iglesia volverá a hacer lo que hicieron ellos, porque los discípulos no estaban equivocados al obedecer literalmente al Señor Jesucristo. En un futuro no muy lejano, las cosas serán como en la época de los primeros cristianos, por lo cual serán blanco de persecución de aquellos que creen que la riqueza material es el plan de Dios para el cristiano evangélico moderno. De modo que podemos estar seguros de que la más fuerte y sutil enseñanza que Satanás ha infiltrado en la iglesia moderna es la prosperidad económica.

Pablo defendió la verdadera doctrina de Jesús.

Pablo, quien era un fiel defensor de las enseñanzas de Jesucristo, enseñaba a todos sus discípulos a que cumpliesen al pie de la letra lo que el Señor ordenó. Uno de ellos era Timoteo, a quien instruía como a un hijo y le enseñaba la manera correcta de cómo ser un verdadero hijo de Dios.

“Si alguien enseña algo diferente y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, se ha llenado de orgullo y no sabe nada. Más bien, delira acerca de controversias y contiendas de palabras, de las cuales vienen envidia, discordia, calumnias, sospechas perversas y necias rencillas entre hombres de mente corrompida y privados de la verdad, que tienen la piedad como fuente de ganancia. Sin embargo, grande ganancia es la piedad con contentamiento. Porque nada trajimos a este mundo, y es evidente que nada podremos sacar. Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con esto. Porque los que desean enriquecerse caen en tentación y trampa, y en muchas pasiones insensatas y dañinas que hunden a los hombres en ruina y perdición. Porque el amor al dinero es raíz de todos los males; el cual, codiciando algunos, fueron descarriados de la fe y se traspasaron a sí mismos con muchos dolores. Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia, la mansedumbre” 1 Timoteo 6:3-11.

Pablo le dijo a Timoteo que huyera de la avaricia, es decir, del amor al dinero, contrario a las doctrinas modernas que impulsan a los cristianos a creer que cuanto más ofrenden y diezmen, más dinero recibirán de Dios. HOY no tienen cabida la bondad y la misericordia, puesto que el mensaje de la cruz ha sido sustituido por doctrinas de prosperidad y sanidad divina.

Estas doctrinas materialistas se han establecido como dioses en el corazón del cristiano, creyendo que vienen de Dios. Jesús advirtió que muchos servían al dios dinero llamado Mamón. Jesús no solo les predicó, sino que les ordenó a sus apóstoles que no pusieran su mirada en las riquezas ni en las cosas de este mundo, antes bien, que se conformaran con el pan de cada día y que no estuvieran afanosos por el mañana; por el contrario, que se despojaran de todo para hacer misericordia. En el sermón del monte, Cristo dijo algo que hoy se pasa por alto, y es que no debemos afanarnos por tener más.

“Dijo a sus discípulos: Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. La vida es más que el alimento, y el cuerpo es más que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan, ni tienen almacenes ni graneros; y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! ¿Quién de vosotros podrá, con afanarse, añadir un codo a su estatura? Pues si no podéis lo que es menos, ¿por qué estáis afanosos de lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen. No trabajan, ni hilan; y os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos si Dios viste así la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada en el horno, ¡cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe! Vosotros, pues, no busquéis qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni estéis ansiosos. Porque todas estas cosas buscan la gente del mundo; pero vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. Más bien, buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vended vuestros bienes y dad ofrendas de misericordia. Haceos bolsas que no se envejecen, un tesoro inagotable en los cielos, donde no se acerca el ladrón, ni la polilla destruye” Lucas 12:22-33.

Este es el Evangelio que Jesús enseñó a sus discípulos. ¿Cuándo cambió? ¿En qué parte de las Escrituras dice que Dios quiere que hagamos algo diferente a lo que Jesús ordenó? ¿Entonces, para qué murió Jesús, si en cualquier momento podríamos cambiar sus mandamientos?

Debemos renunciar a las riquezas.

Él dijo que debemos renunciar a las riquezas y hacer buenas obras, tal como lo hicieron los apóstoles y todos los creyentes del siglo I. Pero el mandamiento de vivir día a día que Jesús enseñó a sus apóstoles es, para muchos predicadores, un pensamiento de “cristianos mediocres” que no quieren prosperar y alcanzar sus metas materiales. Me refiero a que esta doctrina se ha arraigado tanto en el corazón del pueblo cristiano que hablar del evangelio de la cruz parece una blasfemia.

Pero vendrá el tiempo en que un falso profeta saldrá del mismo pueblo de Dios anunciando el “Evangelio de la Prosperidad” con tal poder que aun los escogidos serán engañados. En la actualidad, millones de cristianos creen que es imposible hacer las mismas cosas que los discípulos hicieron, porque el concepto que se tiene del evangelio de Jesús es diametralmente opuesto al que se practicaba en el siglo I.

La apostasía, el hombre de pecado, el falso profeta y la persecución vienen en tándem, para apartar a muchos cristianos de la fe. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó, para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad” 1 Timoteo 4:1-3.

La Persecución de la verdadera Iglesia es la Abominación Desoladora.

En lo personal, creo que la persecución de los cristianos es la “Abominación Desoladora” de la que habló el profeta Daniel, puesto que este movimiento encabezado por el “hijo de pecado” defenderá el “evangelio de la prosperidad” con tal poder que millones de personas no dudarán en apoyarlo, incluso con el uso de la fuerza, como lo hicieron fariseos como Pablo, quien perseguía a la iglesia del Señor para, según él, defender a Dios de los apóstatas.

“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” Mateo 24:9-11.

La persecución de los verdaderos cristianos provocará que la ira de Dios se encienda en contra de los falsos profetas y maestros del evangelio de la prosperidad. De manera que habrá gran confusión en el mundo debido a esta división doctrinal que se generará en ese tiempo. De hecho, ya existe división doctrinal en las diferentes congregaciones cristianas alrededor del mundo. Sin embargo, no se llega al odio ni mucho menos al grado de asesinar, tal como lo hicieron los fariseos. Recordemos que la persecución en el tiempo de Jesús no comenzó por los romanos, sino por las mismas autoridades espirituales, incluido el Sumo Sacerdote. Es decir, el equivalente en nuestro tiempo del Papa, o de cualquier alto líder evangélico como Billy Graham. No estoy diciendo que ellos lo sean, sino que la figura del “hijo de pecado” viene en torno a un alto líder religioso.

Si quieres saber cómo se inició la persecución hace dos mil años, escucha nuestro estudio titulado: La Persecución de los Cristianos.

Jesús dijo: «Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” Mateo 24:15-21.

¿Por qué tendríamos que escapar? Porque eso mismo hicieron los discípulos cuando fue asesinado Esteban, y dio inicio a la persecución que se extendió por tres siglos. Hechos 11:19. De hecho, lo mismo haría cualquier persona si es perseguida por las autoridades, por el único delito de predicar el verdadero evangelio del Reino.

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Oham Llovera
Oham Llovera
2 años atrás

El punto en cuestión es sobre el tema judío del continúo sacrificio. Israel ya está preparando la construcción del 3er templo en Jerusalén, por lo cual indica que se retomará el «culto en el templo» y en consecuencia volverá el sacrificio de animales; ya eso está preparado, se está criando… Leer más »

Hector FM
Hector FM
2 años atrás

La abominacion desoladora que se sentara en el templo de Dios es la maldad que llenara al hombre ya que somos nosotros el templo de Dios. En estos tiempos a lo bueno le dicen malo y a lo malo bueno; la abominacion ya esta sentandose en el templo que es… Leer más »

JOSE IGNACIO
JOSE IGNACIO
4 años atrás

LA GRAN TRIBULACION CUAL NO HUBO JAMAS FUE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. LO QUE DICE DANIEL EN LOS ULTIMOS DIAS HABRA AUMENTO DEL CONOCIMIENTO ESTO ESTAMOS VIVIENDO. EL FIN DEL QUEBRANTAMIENTO DE LA FUERZA DEL PUEBLO SANTO ES EL FIN DE LA PERSECUSION DEL LOS JUDIOS LA VERDADERA IGLESIA DE… Leer más »

robin arias
robin arias
4 años atrás

dicha abominacion ,dio inicio paulatinamente ya en tiempos apostolicos,pablo lo advierte en 2da tes,2,1-11″antes dela aparicion del inicuo debe darse la apostasia,juan apostol da pistas,el anticristo esta «ya entre nosotros»ahora que «idolo»compro la religiosidad falsa ,que tanto se parece a la imagen de la bestia,de que esta constituida,que marca es… Leer más »

YESID BUSTOS CRUZ
YESID BUSTOS CRUZ
4 años atrás

Es maravilloso saber que el la Iglesia de Jesucristo hay personas que realmente aman su venida… Porque esto nos muestra que si obramos de acuerdo a Su Palabra, recibiremos las maravillosas promesas de alcanzar el Reino Eterno. Es el momento de anunciar este Evangelio y desechar las falsas enseñanzas que… Leer más »

Josue Guerra
Josue Guerra
4 años atrás

Dios los bendiga. La paz sea con ustedes. He leido sus comentarios y me parecen de lo mas interesantes, pero tengo duda referente a que organizacion o movimiento pertenecen. Si no es mucha molestia, favor de aclararme cuales son sus creencias o puntos doctrinales. Les sugiero que lo publiquen, para… Leer más »

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